Los fabricantes están aumentando sus gamas de coches eléctricos pero aún son muchas las dudas que rodean a este tipo de vehículos. Además de la autonomía, la carga es una de las incógnitas a resolver y es que dista mucho de los repostajes a los que estamos acostumbrados. Para ayudarte en la decisión de adquirir un coche eléctrico, te contamos cómo cargar un coche eléctrico.

Recargar un coche eléctrico es mucho más fácil de lo que piensas. Hasta el momento, las cargas necesitan un poco de planificación, sobre todo en viajes largos pero con el paso de los meses, la red de carga está aumentando y los automóviles ofrecen una mayor autonomía. En la actualidad, existen tres formas de cargar tu coche eléctrico: en casa, en el trabajo o en un punto de carga público. Encontrar un cargador es bastante sencillo ya que los coches eléctricos cuentan con navegación por satélite y con apps que muestran el lugar de las estaciones de servicio.

¿Cómo recargar un coche eléctrico?

Ionity, Ecotricity, Polar, Shell e incluso BP son solo algunos de los proveedores de energía más conocidos. Las estaciones de carga públicas ofrecen una variedad de formas de pago, a menudo a través de una tarjeta especial o una aplicación de pago en tu teléfono. Dicho esto, muchos cargadores cuentan cada vez más con tecnología sin contacto, lo que significa que puedes pagar con una tarjeta de crédito o débito normal.

El tiempo de carga depende de tres factores; el tamaño de la batería, la cantidad de corriente que el coche puede asimilar y la velocidad de carga. La potencia de las baterías se expresan en kWh y cuanto mayor sea el número, más grande será la batería y más tardará en recargarse. No obstante, hay que tener en cuenta a los cargadores de carga rápida que son capaces de recargar hasta el 80% de la batería en 3o minutos, pero es recomendable no abusar de ellos.

¿Qué tipos de cargador existen?

Como seguro que ya conoces, existen los cargadores lentos, los rápidos y los supercargadores. Los lentos y los intermedios se utilizan, normalmente, en hogares y en puntos de carga en la calle. Si buscas un cargador rápido tendrás que acercarte a un centro de carga especializado o a una estación de servicio.

Los cargadores domésticos suelen utilizar un enchufe doméstico de tres clavijas. Suelen cargar a 3 kWh y se pueden necesitar hasta 24 horas para tener una carga completa. Algunos puntos de recarga de calle también funcionan a esta velocidad, pero la mayoría ya funcionan a 7 kWh y utilizan un conector de Tipo 2.

Por otra parte, tenemos los cargadores rápidos que pueden suministrar energía entre 7 y 22 kW. Suelen denominarse Wallbox y reducen el tiempo de carga en unas ocho horas aproximadamente. Se pueden instalar en garajes privados o comunitarios. Estos Wallbox suelen tener subvenciones en la instalación o contratación por lo que no tendrás que asumir la totalidad del precio de la instalación. También existen cargadores rápidos públicos. En ellos tendrás que utilizar tu cable y suelen estar situados en hoteles, centros comerciales o en estaciones de servicio.

En tercer lugar, se encuentran los supercargadores y es que son los más rápidos y potentes. Pueden trabajar a una velocidad de entre 43 y 150 kW con corriente continua o alterna. Suelen estar situados en autovías o centros de carga dedicados. Debes tener mucho cuidado porque existen coches eléctricos que no permiten, todavía, este tipo de carga tan potente.