El frío ha llegado para quedarse y con él, han empezado a llegar las primeras heladas e incluso nevadas, por no hablar de alguna que otra Dana. Recuerda que la mezcla de coche con fenómenos meteorológicos adversos puede ser fatal. Es importante que antes de salir de viaje compruebes la climatología si no quieres llevarte algún que otro susto. Si tienes pensado viajar a la montaña, es recomendable que lleves unas cadenas.

Hoy vamos a dedicarle una especial atención a las cadenas. Cada vez son más fáciles de instalar y pueden sacarnos de más de un apuro. Recuerda que es fundamental que los neumáticos se encuentren en buen estado. En la actualidad, existe una gran variedad de cadenas en el mercado; pueden ser metálicas, textiles o híbridas.

El uso de las cadenas favorece la direccionabilidad y reduce la distancia de frenado. Cabe destacar que a pesar de circular con neumáticos de invierno, a veces son necesarias las cadenas. Antes de comprar las primeras que veas, debes conocer las características técnicas de tu coche. Nos referimos a las dimensiones de las llantas, tipo de tracción y tamaño de neumáticos.

Todo lo que debes saber sobre las cadenas

Antes de nada, debes saber que las cadenas se deben montar en las ruedas motrices de tu coche. Si tienes un 4×4 tendrás que montarlas en todas o preferiblemente en el eje delantero. Como seguro que sabes, existen varios tipos de cadenas en el mercado como pueden ser:

  • Metálicas.
  • Textiles.
  • Compuestas.
  • Semiautomáticas.
  • Spray.

El Reglamento General de Vehículos en el Real Decreto 2822/1998 de 23 de diciembre dicta que «cuando sea obligatorio o recomendado el uso de las cadenas u otros dispositivos antideslizantes autorizados se deberán colocar, al menos, en el eje de las ruedas motrices dichas cadenas o dispositivos antideslizantes o bien utilizar neumáticos especiales».

Las cadenas metálicas son las más utilizadas por los usuarios y son las más fáciles de encontrar en tiendas. Se sujetan a través de unos tensores situados en el perfil de las ruedas. Lo que hacen es bordear la banda de rodadura con el objetivo de aumentar el agarre. Están fabricadas de eslabones de acero y pueden ser transversales o rombos. Entre sus puntos fuertes destaca la durabilidad, el aumento de adherencia, el precio y la disponibilidad.

Las cadenas textiles, por su parte, son mucho más fáciles de colocar, ocupan muy poco espacio en el maletero y la conducción con ellas es mucho más sencilla. No afectan al funcionamiento de los sistemas de seguridad activa y se pueden lavar y secar. Son una muy buena opción para conductores que visitan la nieve de forma eventual.

Otra opción son las cadenas híbridas. Están fabricadas por Michelin y se denominan EasyGrip. Son muy fáciles de montar y están compuestas de más de 150 eslabones metálicos. Cuentan con un sistema reflectante con el objetivo de mejorar la visibilidad del coche cuando se circula de noche.

Elijas las que elijas, es recomendable que después de utilizarlas la laves con agua caliente y las seques en lugar fresco y seco. Si son metálicas se pueden oxidar con el paso del tiempo. Para evitarlo, échales un poco de aceite con los dedos después de haberlas lavado.